lunes, 23 de julio de 2007

Historia de "El Viejo Hobbit"


Nuestro Agujerito Hobbit
www.gesell.com.ar/hobbit

Todo nació con un sueño primitivo que fue creciendo lenta y tibiamente; soñábamos con un lugar cálido, íntimo, mágico, donde las antiguas tradiciones del hombre al sentarse a la mesa, renacieran. Un reducto donde hallar la amistad, el calor de una conversación, el gusto por los sabores de la buena comida y el buen vino y la cerveza. Y así un día aquellos sueños hecharon raíces y fueron creciendo de a poquito, soportando duros inviernos, fuertes tempestades, perseverando como un Don Quijote al cual azuzaban los perros y las gentes sin sueño.
El nombre de “El Viejo Hobbit” nace por una pasión por John Ronald Reuel Tolkien, escritor inglés, y por su fantástica literatura. Tolkien nos habla de seres ya presentes en la mitología anglosajona, pero nos relata la existencia de otros pequeños y maravillosos, los hobbits, quienes habían aprendido a convivir con la naturaleza de una forma simple y alegre. Vivían en La Comarca, hermoso valle de verdes colinas y rara vez se ausentaban de él; pero hubo un día en que uno de ellos, Bilbo Baggins, decidió correr una aventura fuera de los lindes de La Comarca, que marcó su vida para siempre y que puso a los hobbits en los anales de la historia de la Tierra Media, de donde son oriundos. En honor a este audaz y simplón Hobbit es que hemos dado en llamar “El Viejo Hobbit” a nuestro hogar.
Primero en nuestro garaje vendíamos quesos y embutidos de Tandil, dulces artesanales y pequeñas artesanías, comenzaba el año 1996, la familia se agrandó, ya teníamos a Javier y a Martín y en mayo llegó Facundo. Al año siguiente construimos un saloncito con siete mesas, donde se podían degustar tablas y tortas artesanales, muy poquitos conocían nuestro reducto, fueron tiempos duros y bellos, con la belleza que da aquello que nos exige más de nosotros mismos, pero que finalmente nos recompensa, como cuando miramos un campo cultivado y sabemos que el esfuerzo del arado no fue estéril. Después vino un obsequio clave en la historia de El Viejo Hobbit, la abuela Liliana nos regaló para nuestro aniversario de bodas un caquelón de fondue, y allí comenzó una nueva etapa; aprendimos a hacer diferentes tipos de fondue con distintos quesos, al vino blanco, a la cerveza, y las ofrecimos a nuestros clientes, que quedaban una y otra vez encantados; después agregamos la de chocolate para los más golosos.
El boca a boca unido a un esfuerzo promocional artesanal (hecho a mano), nos regaló un crecimiento sostenido, la demanda nos obligó a incorporar nuevos saloncitos a aquel primigenio, pero eso sí, sin perder el encanto de los quebrachos, las ruedas de carro, las piedras y las muchísimas cosas que con su antiquísima vida decoran y llenan de nostalgia al lugar. El 13 de julio de 2002 es la fecha en que hicimos nuestra primera cocción de cerveza artesanal, y este día marca otro hito en la historia de "El Viejo Hobbit", pues significa la concreción de otro viejo sueño. Hoy pueden encontrar una hermosa puerta redonda con un gran herraje que hizo el abuelo Hugo, artífice también de las cascadas y del gran molino de agua, que como un guardián de cristalino cantar y perseverante andar custodia la entrada. Para estas vacaciones de invierno 2007, en el fondo un nuevo anhelo se asoma, “El agujerito Hobbit”, un lugar donde chicos y grandes pueden recrearse en la fantasía del mundo de Tolkien, y ser hobbits por un rato disfrutando de la calidez del hogar de un “mediano”, como llamaban la gente grande a estos seres maravillosos.

www.gesell.com.ar/hobbit

No hay comentarios: